La costumbre de tomar las aguas nació en Galicia, que cuenta con la en balnearios tan antiguos como Mondariz y La Toja. Al principio solo se suministraba agua en bebida. Más tarde se fueron aplicando otras técnicas, aunque las aguas bebidas siguieron siendo la forma más común. Mondariz fue el pionero de todo esto, más tarde otros siguieron su línea aprovechando las propiedades de sus aguas. El ejemplo del famoso balneario de La Toja, sitiado en Pontevedra. La tradición de un balneario con tradición, situado en un paraje excepcional rodeado de la Isla de Arosa, un clima agradable hacen de este lugar un desino perfecto para el turismo termal. Lo siguieron más tarde balnearios como el de Laias, Lobios y Arnoia, este último en la comarca del Riberiro, más pequeños pero igualmente centrados en las aguas mineromedicinales, el descanso y el relax.