En este pequeño país balcánico, uno de los últimos secretos mediterráneos, destacan ciudades medievales de cuento, montañas de postal, monasterios milenarios y playas paradisíacas.

Su riqueza histórica y la variedad de sus paisajes saltan a la vista. Cuenta con playas espectaculares a orillas del Mar Adriático, bañadas por sus aguas turquesa y sin la masificación de otras zonas de playa europeas. Alejándonos de la costa, el paisaje cambia...el terreno se eleva, se hace más verde y hay que cambiar el bañador por las botas de montaña.

Un dato curioso de Montenegro es que tiene el fiordo más grande del sur de Europa. Está situado en una hermosa ciudad; Kotor (ciudad medieval, amurallada en el siglo XV para defenderse del ataque del imperio otomano). Su visita puede resultar una experiencia más que memorable.

No te puedes perder: la playa de Budva, la isla Sveti Stefan y la incríeble bahía de Kotor.

Si estás pensando en viajar a Montenegro, aconsejamos que leas atentamente las siguientes recomendaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, dentro del marco de evolución de la pandemia de la Covid-19.